top of page
Buscar

Un lugar para descansar…

  • emtzuk
  • 28 feb
  • 4 Min. de lectura

A veces creo o más bien me siento subestimada por muchos, muchos me ven débil y otros solo me repiten lo fuerte que he sido en ocasiones anteriores y si, si he sido y he podido ser fuerte, pero creo que la definición correcta es que he sido resiliente.


Y ser resiliente no necesariamente es ser fuerte es lo que sale de ti porque tienes que seguir, porque el tiempo y la vida no paran.


resiliencia

  • Artículo

Definición

Del ingl. resilience, y este der. del lat. resiliens, -entis, part. pres. act. de resilīre 'saltar hacia atrás, rebotar', 'replegarse'.

  1. f. Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.

  2. f. Capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido.



Hoy estoy yendo un poquito más atrás para poder contestarme dónde fue que me perdí? Si siempre he sido “fuerte” si siempre he podido resolver, porque con ello caí en cuenta que no “necesite” que nadie hiciera nada por mi, porque cuando algo dolía o algo me rompió lo tuve que sobrellevar sola; durante muchos años creí que pedir ayuda solo era sinónimo de debilidad y de alguna manera era yo quien tenía que resolver todo y al mismo tiempo estar intacta y disponible para todos, cumplir con aquellas expectativas que tenían no solo de mi, sino las propias; cubriendo cada uno de los roles que me toco interpretar.


Lo que muchos no saben y no ven (que no tendrían) es que por una parte fue la crianza y la educación y por otro lado las circunstancias que me llevaron a tener que aprender a ser fuerte, a cuidarme solita porque por diosidencias de la vida comprendí que nadie lo iba a hacer mejor que yo, que depender de alguien y pedir ayuda no era digno de un mujer con carácter, mucho menos de una mujer fuerte y creo que durante algún tiempo me funcionó pero con ello también conocí la desconfianza, me construí una coraza tan dura, tan pesada que estuve todo el tiempo alerta y cargando con ella y de cierta manera eso me hacía sentir insegura y como consecuencia de ello me olvidaba de vivir libre, había audicionado para un papel que no iba conmigo y claro! Como lo dije antes, obtuve el papel estelar, el protagónico porque yo siempre puedo todo y me case con el, entonces llegaron los cuestionamientos externos que no solo dudaban de mi sino que me hacían dudar a mi misma de estar haciendo las cosas “correctamente” por qué estaba tan enojada todo el tiempo, por qué mi excesivo control con todo lo que rodeaba, por qué me costaba tanto trabajo confiar en la gente, por qué casi no tenía amigas, por qué me sentía tan cómoda con mi masculinidad, por qué me era tan difícil  expresarme y hablar desde mi vulnerabilidad. Me había clavado tanto en ese papel que olvide que me volví fuerte por “obligación” y también por supervivencia, olvide o creo más bien no conocía en verdad lo que es que me cuidaran o sentirme realmente acompañada porque yo siempre he podido, yo siempre puedo y puedo sola.


Y el problema no es la fortaleza, la resilencia, el poder por mi misma, por supuesto que con ese peso hay detrás mucho orgullo y hablo del orgullo bonito, del salir ilesa de las adversidades, no del orgullo del ego; porque aciertos y desaciertos los he resuelto y muchas veces en silencio, hasta ahora, donde me estoy permitiendo ser más yo que ese personaje que adopte o me tuve que montar.


Estoy aprendiendo a hablar desde mis emociones y mi vulnerabilidad sin necesidad que estas vayan acompañadas de caos y lagrimas, sino desde mi centro, de lo que realmente vivo, de lo que realmente me permito ser y sentir, buscando plenitud; no hay acto de amor más puro que hacerlo sino miedo.


Estoy nadando cual salmón contra todos mis miedos, inseguridades, mis heridas heredadas, las creencias y la sociedad misma; para poder abrazarme todos los días y entender que me puedo permitir sentirme fuerte sin necesidad de siempre tener que resolver todo, menos lo ajeno, que mi fortaleza puede ir acompañada de microdosis  de “debilidad” que mis batallas las decido yo e invierto en ellas el tiempo y esfuerzo que quiera, que el control solo terminaba controlándome a mi, pequeño paréntesis porque estoy muy orgullosa de mi, dentro de ese excesivo control siempre fui freak de la limpieza, desde ahí entendí que las herencias por eso son herencias y el trasfondo de ellas; son de alguna forma tan inconscientes pero tan parte de un patrón adquirido como copia fotostática, hoy deje de doblar ropa sucia, dejo platos sucios para el día siguiente y puedo empezar el día sin necesidad de tener que tender mi cama como primera actividad del día.


Estoy en búsqueda del lado positivo, la confianza, tengo más amigas, ya no vivo enojada con la vida (seguro algunos discrepan), lloro por todo lo que me cause emoción y me vale, amo aun más las cosas simples de la vida, estoy aprendiendo a como expresarme mejor sin sentirme culpable de decir no, estoy probando cosas nuevas para reencontrar mi chispa, escribo y publico aunque me critiquen o nadie me lea, vivo con menos control y menos miedo y si, cuando los días miserables pegan, porque esos no se van, son parte de esta montaña rusa, cada día me siento más humana y hoy pesan menos, me permito ser y hacer cosas que si me gustan.


Al final tengo esta ligera sospecha que no estoy sola en este sentimiento o pensamiento, que  todos nos sentimos un mini de esta forma y que todos en medida estamos buscando un lugar donde poder descansar y alguien con quien cohabitar siendo nosotros sin mascaras o roles que nos definan.


Ya se la saben, con amor siempre con amor…

 
 
bottom of page